Bullying significa
: acoso escolar.
Estadísticamente,
el tipo de violencia dominante es el emocional y se da mayoritariamente
en el aula y patio de los centros escolares. Los protagonistas de los casos de
acoso escolar suelen ser niños y niñas en proceso de entrada en la adolscencia
(12-15 años), siendo ligeramente mayor el porcentaje de niñas en el perfil de víctimas.
La intimidación, el comportamiento agresivo que se muestra entre estudiantes
puede durar semanas, meses, e incluso años.
Este tipo de
violencia escolar se caracteriza, por tanto, por una reiteración encaminada a
conseguir la intimidación de la víctima, implicando un abuso de poder en tanto
que es ejercida por un agresor más fuerte (ya sea esta fortaleza real o
percibida subjetivamente) que aquella. El sujeto maltratado queda, así,
expuesto física y emocionalmente ante el sujeto maltratador, generándose como
consecuencia una serie de secuelas psicológicas ; es común que el acosado viva
aterrorizado con la idea de asistir a la escuela y que se muestre muy nervioso,
triste y solitario en su vida cotidiana. En algunos casos, la dureza de la
situación puede acarrear pensamientos sobre el suicidio e incluso su
materialización, consecuencias propias del hostigamiento hacia las personas sin
limitación de edad. Los que hostigan a otros se pueden sacar por cómo actúan y
uno los puede reconocer por cómo se ven. Hay diferentes tipos de personas que
practican la intimidación a otros. Los seguros son los que intimidan a otros
disfrutándose el momento y estando seguro de ellos mismos en todo momento.
Otros son los ansiosos que son los que no se concentran en lo que hacen y son
menos seguros de ellos mismos.
En primer lugar
hay una situación de especial vulnerabilidad en cierta manera predicable con
carácter general de los menores; en segundo lugar los hay devastadores
efectos que en seres en formación produce la utilización como modo de relación
de la violencia y/o la intimidación. La experiencia de la violencia genera un
impacto profundamente perturbador en el proceso de socialización de los
menores. Los nocivos efectos del acoso en la víctima pueden concretarse en angustia,
ansiedad, temor, terror a veces propio centro, absentismo escolar por el miedo
que se genera al acudir a las clases y reencontrarse con los acosadores,
fracaso escolar y aparición de procesos depresivos que pueden llegar a ser tan
prolongados e intensos que desemboquen en ideas suicidas, llevadas en casos
extremos a la práctica.
Estos efectos
negativos afectan no solamente a quien sufre como víctima, sino también a quien
los inflinge como victimario, pues a largo plazo existen altas probabilidades
de que el acosador escolar asuma permanentemente ese rol durante su vida
adulta, proyectando los abusos sobre los más débiles en el trabajo (mobbing)
y/o en la familia (violencia doméstica, violencia de género. Por ello se ha
podido decir que este tipo de acoso debilita los cimientos de la sociedad
civilizada. El intimidador aprende a maltratar, comienza a sentirse bien con el
papel que refuerza disocialmente su conducta, convirtiéndose, muchas veces, en
la antesala de una carrera delincuencial posterior. Si los intimidadores no
reciben rápidas y enérgicas valoraciones negativas a su conducta, y respuestas
firmes de que no van a resultar impunes, y/o si son “recompensados” con cierto
nivel de popularidad y sumisión entre los demás compañeros, el comportamiento
agresivo puede convertirse en una forma habitual de actuar, haciendo de la
dominación un estilo normalizado en sus relaciones interpersonales.
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Tipos de acoso escolar:
Los profesores Iñaki Piñuel y
Zabala y Araceli Oñate han descrito
hasta 8 modalidades de acoso escolar, con la siguiente incidencia entre las
víctimas.
- Bloqueo
social (29,3%)
- Hostigamiento
(20,9%)
- Manipulación
(19,9%)
- Coacciones
(17,4%)
- Exclusión
social (16,0%)
- Intimidación
(14,2%)
- Agresiones
(13,0%)
- Amenazas
(9,1%)
1- Bloque social: Agrupa las acciones de acoso escolar que buscan bloquear socialmente
a la víctima. Todas ellas buscan el aislamiento social y su marginación
impuesta por estas conductas de bloqueo.
Son ejemplos las
prohibiciones de jugar en un grupo, de hablar o comunicar con otros, o de que
nadie hable o se relacione con él, pues son indicadores que apuntan un intento
por parte de otros de quebrar la red social de apoyos del niño.
Se incluye dentro
de este grupo de acciones el meterse con la víctima para hacerle llorar. Esta
conducta busca presentar al niño socialmente, entre el grupo de iguales, como
alguien flojo, indigno, débil, indefenso, estúpido, llorica, etc. El hacer
llorar al niño desencadena socialmente en su entorno un fenómeno de estigmatización
secundaria conocido como mecanismo de chivo expiatorio. De todas las
modalidades de acoso escolar es la más difícil de combatir en la medida que es
una actuación muy frecuentemente invisible y que no deja huella. El propio niño
no identifica más que el hecho de que nadie le habla o de que nadie quiere
estar con él o de que los demás le excluyen sistemáticamente de los juegos.
2-Hostigamiento: Agrupa aquellas conductas de acoso
escolar que consisten en acciones de hostigamiento y acoso psicológico que
manifiestan desprecio, falta de respeto y desconsideración por la dignidad del
niño. El desprecio, el odio, la ridiculización, la burla, el menosprecio, los
motes, la crueldad, la manifestación gestual del desprecio, la imitación
burlesca son los indicadores de esta escala. Intimidación no siempre tiene que
ser también de manera agresiva. La intimidación puede ser también a través de
computadoras y teléfonos celulares entre otros .
3-Manipulación social: Agrupa aquellas conductas de acoso escolar que
pretenden distorsionar la imagen social del niño y “envenenar” a otros contra
él. Con ellas se trata de presentar una imagen negativa, distorsionada y
cargada negativamente de la víctima. Se cargan las tintas contra todo cuanto
hace o dice la víctima, o contra todo lo que no ha dicho ni ha hecho. No
importa lo que haga, todo es utilizado y sirve para inducir el rechazo de
otros. A causa de esta manipulación de la imagen social de la víctima acosada,
muchos otros niños se suman al grupo de acoso de manera involuntaria,
percibiendo que el acosado merece el acoso que recibe, incurriendo en un
mecanismo denominado “error básico de atribución”.
4-Coacción: Agrupa aquellas conductas de acoso escolar que pretenden que la víctima
realice acciones contra su voluntad. Mediante estas conductas quienes acosan al
niño pretenden ejercer un dominio y un sometimiento total de su voluntad.
El que la víctima
haga esas cosas contra su voluntad proporciona a los que fuerzan o tuercen esa
voluntad diferentes beneficios, pero sobre todo poder social. Los que acosan
son percibidos como poderosos, sobre todo, por los demás que presencian el
doblegamiento de la víctima. Con frecuencia las coacciones implican que el niño
sea víctima de vejaciones, abusos o conductas sexuales no deseadas que debe
silenciar por miedo a las represalias sobre sí o sobre sus hermanos.
5- Exclusión social: Agrupa las conductas de acoso escolar que
buscan excluir de la participación al niño acosado. El “tú no”, es el centro de
estas conductas con las que el grupo que acosa segrega socialmente al niño. Al
ningunearlo, tratarlo como si no existiera, aislarlo, impedir su expresión,
impedir su participación en juegos, se produce el vacío social en su entorno.
6-Intimidación: Agrupa aquellas conductas de acoso escolar que persiguen amilanar,
amedrentar, apocar o consumir emocionalmente al niño mediante una acción
intimidatoria. Con ellas quienes acosan buscan inducir el miedo en el niño. Sus
indicadores son acciones de intimidación, amenaza, hostigamiento físico
intimidatorio, acoso a la salida del centro escolar.
7-Amenaza a la integridad: Agrupa las conductas de acoso escolar que buscan amilanar mediante las
amenazas contra la integridad física del niño o de su familia, o mediante la
extorsión.
Causas: El agresor:
características psicológicas y entorno familiar
Aunque el acosador
escolar no tiene por qué padecer ninguna enfermedad mental o trastorno de
personalidad grave, presenta normalmente algún tipo de psicopatología.
Fundamentalmente, presenta ausencia de empatía y algún tipo de distroción
cognitiva.
La carencia de
empatía explica su incapacidad para ponerse en el lugar del acosado y ser
insensible al sufrimiento de este. Aparte de carencia de empatía, el agresor
anhela la atención y le gusta la manipulación.
La presencia de distorsiones
cognitivas tienen que ver con el hecho de que su interpretación de la
realidad suele eludir la evidencia de los hechos y suele comportar una
delegación de responsabilidades en otras personas. Así, normalmente
responsabiliza de su acción acosadora a la víctima, que le habría molestado o
desafiado previamente, con lo que no refleja ningún tipo de remordimiento
respecto de su conducta (los datos indican que, aproximadamente, un 70% de los
acosadores responden a este perfil).
La psicología
actual, por otra parte, identifica en los acosadores escolares la existencia
probable de una educación familiar permisiva que les puede haber llevado a no
interiorizar suficientemente bien el principio de realidad: los derechos
de uno deben armonizarse con los de los demás. La consecuencia es la dificultad
para ponerse en el lugar del otro por una carencia de altruismo vinculada a un ego
que crece a costa de los demás, meros instrumentos a su servicio, y que tiene
un umbral de frustración muy bajo. Algunos autores denominan a este tipo de
niño como niño tirano.
El niño mal
educado en la familia probablemente reproducirá en la escuela los hábitos
adquiridos. Ni respetará, ni empatizará con los profesores, ni con sus compañeros.
Sus frustraciones quizá le lleven a elegir un cabeza de turco. A menudo
será aquel compañero que le haga patentes sus limitaciones y carencias, o que,
simplemente, le parezca vulnerable.
Consejos sobre acciones que podemos realizar:
Si alguien en su familia es víctima del “bullying” en el
colegio/instituto, usted tiene que hacer algo para ayudarle: lo primero, hablar
con un profesor o profesora.
·
Si le preocupa que
alguien en su familia puede ser un agresor (“bully”), debe tratarlo
inmediatamente con un profesor o profesora.
·
Si desea ayudar a
evitar este fenómeno en la comunidad educativa de sus hijos e hijas, trabaje
con el profesorado y otros padres/madres para lograr un colegio/instituto más
seguro para todos.
·
Si usted no está
satisfecho con la respuesta de los responsables del colegio/instituto, no
abandone, busque otros medios y recursos disponibles para prevenir estas conductas
infantiles-juveniles.
·
La ayuda y la
comprensión en la familia son fundamentales para cualquiera que quiera hacer
frente a este fenómeno. Haga todo lo que pueda por ayudar a que estos niños,
niñas y jóvenes puedan auto valorarse.
·
Los niños, niñas y
adolescentes que son testigos o conocen casos de ‘”bullying”, pueden estar
inseguros de qué hacer y si deben decir algo a alguien responsable. Asegúrese
de que hablen con sus padres o profesores sobre estos hechos que están
ocurriendo entre sus compañeros.
Cosas que NO deben hacerse:
- No use
la violencia contra los agresores. Puedes ser acusado de malos tratos
hacia los mismos, que suelen ser menores de edad.
- No le
diga al niño/a o joven víctima que se ocupe de solucionar sus propios
problemas. Si ellos pudieran, no le habrían pedido ayuda.
- No
intente ocuparse de este problema por su cuenta.
Mensajes para hacer entender a personas víctimas de tales conductas:
- “No
tienes la culpa de ser intimidado por otros compañeros de clase”
- “Tú
sólo no tienes que hacer frente a esta situación”
TESTIMONIOS REALES:
Una víctima :
Cuando estaba en
la escuela, me cogieron manía y no pararon durante dos años. Nadie hablaba
conmigo. No hice nada por culparles, y todavía no sé la razón por que siempre
me intimidaban. No era más rica o más pobre, ni era de una raza diferente.
Solía llorar
cuando me acostaba cada noche. Era desgraciada. Cuando mis padres lo supieron,
hablaron con el director, pero él no estaba interesado y les dijo que no podría
hacer nada. Mis padres conocían a los padres de las chicas que me amenazaban.
Una incluso vivió en la misma calle y habíamos sido amigas desde los dos años.
Como una oveja, ella descargó porque nadie más hablaba conmigo.
Todo esto sucedió
a los 6 años y perdí casi toda mi autoconfianza y empecé a odiarme. Odiaba
pensar que esto pudiera ocurrirle a cualquier otra chica. Tengo miedo si una
chica no me habla, ellos empezaron todo y nunca pararán. No quisiera que
continuara durante el resto de mi estancia en el colegio. No podría hacer
frente.(Chica, 14 años)
Un agresor
(“bully”):
“Nunca he
intimidado a nadie. Sí lo haría si alguien me molestara y se riera de mí,
entonces me defendería. Yo no soy un valentón, aunque pueda tener dudas más
adelante. No creo que haya alguien en el colegio que abuse de otros compañeros
de ésta u otra forma.” (Chico, 16)
Un padre :
“Mi hija ha sido
intimidada por otras compañeras desde que estaba en el colegio. Diariamente le
llamaban con nombres como ‘perra’ y ‘basura’. Hemos intentado todo, pero nadie
escucha. Ella intentó suicidarse. Lo único que ella desea es ser una chica
feliz en la escuela con sus amistades. No quisiera que ningún padre sufriera lo
que hemos sufrido. Nosotros continuaremos luchando.”
El Colegio :
La gente podría
decir cualquier cosa como “eso es una escuela terrible porque han sido
intimidados por otros compañeros’, o podrían decir, “ese es un buen colegio
porque están haciendo frente a ello”. Decidimos asumir el riesgo” (Director de
un colegio que desarrolló un programa anti-bullying
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